Hoy me levanté y después de hacer algunos recados tuve la tentación de seguir en la moto y salir del ruido y del tráfico de la ciudad para empezar a descubrir los muchos entornos naturales increíbles que rodean Barcelona.
Mi primera intención era hacerme las curvitas de las costas de Garraf, aunque un poco antes encontré un cartel que indicaba el inicio del Parque Natural del Garraf así que, siguiendo la filosofía de decubrir sitios nuevos, me adentré y encontré unos paisajes increibles coronados por algo que nunca hubiese pensado encontrar, un monasterio budista.
Me quedó aún mucho por investigar pero me voy con satisfecho de la jornada, de los descubrimientos y sorpresas.
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